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La nueva ley FACTORING

A raíz de la desaceleración económica que vive el Perú en este año 2015, las empresas Medianas y Pequeñas vienen sufriendo falta de liquidez que hace tambalear su sostenibilidad. Dado que la inversión privada y pública se ha enfriado los contratos se postergan, suspenden, anulan o, en el mejor de los casos, se endurecen las condiciones (ejem: se amplían los plazos de pago) afectando el flujo natural de circulación de la riqueza. Mientras tanto los costos fijos (especialmente de planilla,  gastos de administración y ventas)  comienzan a “comerse” la caja y el empresario ve con preocupación como va perdiendo su capital de trabajo.


En este contexto desalentador, ha sido recibido con entusiasmo las nuevas reglas sobre Factoring dictadas por el gobierno recientemente, especialmente por las Medianas y Pequeñas empresas que ven en dicho mecanismo un vehículo de financiamiento de sus actividades.
Las nuevas reglas sobre el Factoring robustecen el contrato para impulsar su uso, sin embargo, no hay cambio en las REGLAS del Análisis de Riesgo Crediticio que realizan las instituciones financieras para aprobar dicho contrato.


En el factoring se evalúa tanto al emisor de la factura (PYME) como al receptor (cliente de la PYME). Si ambos o por lo menos la segunda son empresas sólidas, la institución financiera aprobará la operación. Si una PYME contrata con otra empresa mediana o pequeña (cliente), que, a criterio de la institución financiera no le produce convicción sobre la capacidad de pago, esta operación no será aprobada y seguimos en lo mismo.
Es cierto que ayuda mucho el hecho de que una factura adquiera un valor legal mayor (para hablar en términos muy simples ya que puede ser protestada, negociada, etc) al que tenía sin embargo, estos “efectos” son importantes siempre y cuando la operación sea “viable” (aprobada). Como dice el refrán popular:“¡De que vale contar con un Ferrari en la Plaza de Armas sino puedo correr!”.


En paralelo a estos esfuerzos, si queremos crear un cambio sustantivo y sostenible en el crecimiento de las PYMES, es momento de comenzar a cambiar los criterios de evaluación de riesgo. Uno de ellos, por ejemplo,  es el análisis Psicométrico para Créditos que ya se utiliza con éxito en otros países y aquí se utiliza aún tibiamente a través del cual se evalúa el otorgamiento del crédito en base a diversos criterios psico-social-empresarial del solicitante. Incluso este sistema motivó que días atrás el Superintendente de Banca y Seguros y AFP del Perú escriba un artículo sobre el particular en un diario de mayor circulación nacional.
Otro criterio importante, está en el rubro de provisiones a las que están obligadas las propias instituciones financieras. En una economía altamente informal como la peruana (se estima que el 70% de la economía peruana tiene esa característica), es previsible que los altibajos de los ingresos de la gran mayoría de peruanos ocasiona, regularmente, algunos retrasos en el cumplimiento de sus obligaciones; las cuales dependiendo del número de días de morosidad genera “provisiones” a las instituciones financieras, las cuales, como es lógico suponer, elevan su condiciones de evaluación, aprobación de créditos y los propios costos del crédito, justamente para atenuar el impacto financiero de esas provisiones a las cuales están obligados.


¿Alguien duda de que los peruanos no cumplimos nuestras obligaciones? Creo que nadie. Si no, basta ver el crecimiento de la demanda interna y consumos privados a lo largo y ancho del país en la última década. Nuestra economía se mueve a un ritmo particular pero sustentando en ese gran grupo de peruanos que aún están en proceso de madurez y estabilidad financiera que va de la mano con el crecimiento macroeconómico del país.
Por todo ello, pensamos que las nuevas modalidades contractuales como el Factoring, deben empezar a tener cambios en las condiciones de evaluación pues no puede analizarse según la rigidez de cumplimiento que se aplica en otros países del primer mundo.


Finalmente, estas nuevas reglas, también servirán como nueva herramienta de inclusión financiera y tributaria tratando de animar a muchas PYMES a ingresar a la gran vía de “acceso al crédito” y por otro lado, el Estado, intentando ampliar su base tributaria.


Les dejamos un vídeo donde te explicamos como esta nueva ley podría beneficiar a tu MYPE:

RAFAEL MONTOYA

Especialista Financiero
Empresario, Consultor y Blogger Financiero
Gerente General de AIT

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