Definitivamente el consorcio representa un mecanismo acertado del cual pueden valerse las empresas (pequeñas o medianas) y participar en esfuerzos conjuntos para la búsqueda de un objetivo común que les permita, complementar unas debilidades con fortalezas, ofrecer ventajas competitivas y obtener beneficios económicos; manteniendo su independencia y autonomía gerencial.
La Ley General de Sociedades deja una amplia libertad a las partes al momento de concretar las cláusulas que regirán el consorcio, las obligaciones de cada una en la ejecución, los repartos de utilidades y como asumen las pérdidas, entre otros. No obstante, lo que constituye un dilema es la elección del o los socios, pudiera ser una decisión sencilla pero si no se hace una revisión minuciosa del potencial socio y sus capacidades reales, puede representar un problema o un riesgo en la ejecución del cumplimiento de las obligaciones del consorcio.
Quisiera aportar algunas ideas que deben tener presente a la hora de la elección del socio ideal para evitar fraudes o engaños que puedan afectar el éxito:
- En primer lugar evaluar la capacidad de contratación del potencial socio; por lo que es necesario conocer de qué está compuesto realmente el capital social y las obras públicas que ha ejecutado recientemente.
- También es importante conocer el récord crediticio en el sistema financiero, si efectivamente ha tenido créditos, su capacidad financiera y solvencia económica.
- Otro aspecto de relevancia es la experiencia técnica que posea en la materia a ejecutar, no cualquier empresa tiene el staff de profesionales requeridos para la ejecución de la obra, por lo que debe tener capacidad para subcontratar ó contar con proveedores idóneos.
Resulta un desafío para las empresas la elección del potencial socio al momento de suscribir un contrato de consorcio para llevar adelante un negocio, la evaluación y validación de las capacidades financieras ayudará a reducir los posibles engaños de los socios y lograr el éxito común.
Escrito por: Marketing AIT