Pensar en el fideicomiso como una herramienta financiera adecuada para garantizar el éxito de una obra pública o privada, permite asegurar que el objeto de esa inversión se verá materializada tal y como la obra o proyecto han sido pensadas y planificadas.
Esta certeza representa una de las ventajas más importantes de asumir el fideicomiso de ley como garantía para concluir satisfactoriamente la obra; por otra parte, tener expresamente definidos los cuadros de desembolsos, es decir, las formas, las partidas y las fechas en las que le van a pagar los desembolsos; por lo general tienen un plazo fijo que normalmente es de 5 ó 6 meses, con lo cual se acaban los adelantos y se acaba el fideicomiso, lo que hace de esta herramienta un costo financiero real y más predictible que otros tipos de garantía.
Otra ventaja la constituye la celeridad en la elaboración del contrato de fideicomiso, en la mayoría de los casos en un lapso de 15 a 20 días ya se tiene la escritura pública firmada con la entidad financiera y con los detalles del cuadro de desembolsos, a diferencia de otras garantías que
requieren de evaluaciones más exigentes para su aprobación. Por otra parte, el fideicomiso de la Ley permite un acercamiento exclusivo con los proveedores, tratarlo de manera individual y especial dependiendo de cada situación. Todas estas características hacen de este instrumento financiero un aliado para promover el financiamiento de obras que permitan impactar positivamente la economía del país.
Por eso, te invitamos a profundizar en conocer éstas y otras ventajas del fideicomiso de la Ley este próximo 28 de octubre en el Seminario.
Escrito por: Marketing AIT
