Ahora que la “ola” de la Obra Pública ya empezó conviene reflexionar la estrategia para postular correctamente en los procesos.
Las instituciones evalúan las solicitudes de crédito de Fianzas (Crédito Indirecto) o Capital de Trabajo (Crédito Directo) presentadas por los contratistas lo que se conoce como ANALISIS DE RIESGO. Esta evaluación contiene tres (3) partes básicas:
(i) Evaluación de la Experiencia Técnica;
(ii) Evaluación de la Solvencia Financiera; y,
(iii) Evaluación de la Viabilidad de la Obra.
La evaluación crediticia se complica ya que los empresarios vienen mal consorciados “socio inadecuado, conoce Las cinco (5) razones más comunes son:
1. Mala calificación de riesgo:
Se refiere a la forma como las empresas cumplen sus compromisos bancarios, comerciales, tributarios y laborales. Existen cinco niveles de calificación: Normal, Con Problema Potencial; Deficiente, Dudoso y Pérdida. Según los de días de atraso se “va bajando de nivel”. Las instituciones financieras otorgan créditos, generalmente, a empresas que tienen la calificación “Normal” en los últimos seis (6) meses (paga a tiempo o máximo dentro de los 30 días de su vencimiento). Se aconseja acudir a cualquier Central de Riesgos y solicitar un Reporte Crediticio (Deuda) para conocer la situación de tu “socio”. En caso se hayan regularizado algunas deudas, éstas deben acreditarse con los documentos sustentatorios.
2. Inconveniente historial de crédito:
La cuantía de las Obras se ha incrementado sustantivamente y ello exige evaluar si el candidato tiene experiencia crediticia en la banca. En este sentido, el historial crediticio apoya o perjudica al candidato. Muchas veces nos encontramos con empresas que cuentan con “experiencia técnica” pero nulo o diminuto historial crediticio. Esta situación perjudica al socio minoritario ya que generalmente, éste no cuenta con la experiencia técnica (lo que motivó el consorciarse con el “socio”) pero al no contar “éste último” con el historial créditicio según la cuantía de la nueva obra se hace riesgoso el otorgamiento del crédito. Por otro lado, otro problema recurrente es cuando el “socio” tiene topadas sus líneas de créditos (según su capacidad) lo cual dificultará que aquellas le otorguen “nuevos créditos” para la “nueva obra” donde ahora es tu “socio”. Se aconseja solicitar un Reporte Crediticio y que sea analizada por un asesor financiero para conocer la capacidad financiera de tu “socio”.
3. Malos indicadores financieros:
Así como las personas naturales evalúan su salud corporal midiendose el colesterol, glucosa, presión arterial, etc, las empresas tienen indicadores conocidos como “ratios financieros” que muestran si están siendo conducidas en forma adecuada y cuenta con “salud financiera”. Los ratios más comunes que se evalúan a los contratistas de Obras son los de “Liquidez” (Activo Corriente / Pasivo Corriente); “Endeudamiento” (Total Pasivo / Patrimonio); “Rentabilidad” (Utilidad Neta sobre Ventas); y Nivel de Ventas (en relación con el monto de la obra que postulan). Estos indicadores son evaluados para determinar si existe algún elemento de riesgo interno o externo que pueda perjudicar el adecuado uso del financiamiento que se solicita. Esta evaluación se realiza con la revisión de los Estados Financieros (Balance General y Estado de Pérdidas y Ganancias) de los dos (2) últimos años y un Balance Situacional al último trimestre transcurrido del año que se postula. Esta información también se compara con las Declaraciones Anuales del Impuesto a la Renta y las Declaraciones Mensuales de IGV y Renta del año en curso. Se aconseja exigir a tu “socio” esta información y que sea revisada por un asesor financiero.
4. Experiencia técnica sin analizar:
Otro error recurrente es no evaluar la “forma de ejecución” de las obras pasadas de tu “socio” quien te aporta la Experiencia Técnica. En otras palabras no se evalúa la idoneidad técnica. La idoneidad tiene por objetivo calcular la Capacidad de Ejecución Real y determinar la Capacidad Libre de Ejecución en el presente. Muchas veces nos encontramos con contratistas que ejecutan sus obras en forma extemporánea y con ampliaciones de plazo inexplicables. Otra causa que perjudica es cuando estos ejecutores se ven envueltos en arbitrajes cuya tramitación es prolongada lo que “congela” –para efectos del análisis de riesgo- la experiencia técnica del candidato. Tampoco se evalúa adecuadamente la participación de cada consorciado en las obras pasadas lo que nos indica la “real capacidad” de ejecución general y similar en periodos de tiempo determinados. Finalmente, debe tomarse en cuenta que no sólo debe evaluarse la ejecución pasada sino también las obras “en ejecución” (presente) pues lo faltante (no ejecutado) restará la capacidad de ejecución real de tu socio. Se aconseja evaluar a detalle y con documentación sustentatoria la experiencia técnica pasada (Contratos de Obra, Contratos de Consorcio, Actas de Conformidad, Ultimas Valorizaciones, Arbitrajes, etc) y la presente (en ejecución) (valorizaciones, cuadros de ejecución programados y ejecutados) con el apoyo de un asesor técnico.
5. Mala conducta frente al consorcio:
Esta última razón es de naturaleza operativa pero no por ello menos importante. Un problema recurrente en los Consorcios es cuando el “socio” estuvo presente y apoyó en la constitución y firma de la Promesa o Contrato de Consorcio (ante Notario Público) pero luego de ello, una vez ganada la Buena Pro, es renuente a entregar su información técnica respecto de obras pasadas y en ejecución (contratos de obra, contratos de consorcio, actas de conformidad, etc); o su información financiera (estados financieros, declaraciones de impuestos, documentos sustentatorios de obligaciones, etc) o documentos generales (información interna de la empresa, socios o directivos). A ello, hay que agregar que al ser parte de un Consorcio, es lógico suponer que para efectos del FINANCIAMIENTO (Fianzas o Capital de Trabajo) las instituciones financieras exigirán la firma de todos los integrantes del consorcio de la documentación contractual (contratos de créditos, pagarés, cheques, etc) y de garantías -de ser el caso- (avales, hipotecas, fideicomisos, etc) los cuales muchas veces los “socios” no desean o no están dispuestos a asumir generando un clima de incertidumbre y conflictos internos entre los socios dado que los plazos de presentación de fianzas son perentorios y que ha generado que en innumerables casos se pierdan las líneas otorgadas, o lo que es peor, se pierdan las Buenas Pro y se sancionen a todos los integrantes del consorcio porque así lo ordena la Ley de Contratación del Estado. Se aconseja contratar a un asesor especializado que anticipe a todos los integrantes del consorcio de toda la información técnica, financiera y legal que será necesaria tener a disposición antes de postular un proceso y/o solicitar un financiamiento y que efectúa una evaluación técnica sobre toda ella.
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